Qué difícil me resulta escribir sobre lo mucho que se puede amar a una ciudad. En la vida de cada uno de nosotros hay muchas ciudades: Murcia, Nueva York, Fez, El Cairo, Estambul, Palencia, Buenos Aires, Valparaíso, o París.
Yo, por ejemplo, amo a Barcelona. Y la amo, creo, desde hace treinta años. Siempre vuelvo a ella con el deseo de perderme por el Carrer de la Diputacio, de Balmes, de Aribau, del Consejo del Ciento, o de Mallorca.
Barcelona está llena de amores, de amigos, de colegas, de camaradas, de calles, avenidas y plazas que han sido la vida y la casa de muchos de nosotros. También está llena de cenizas, y de labios que saben a tabaco y a ginebra.
Mañana volveré a Barcelona.
S.
Estoy de acuerdo contigo, Barcelona es una ciudad propicia para enamorarse y desenamorarse, para vivirla y para huir de ella.
ResponderEliminarDebe ser que la luz y la humedad mediterráneas acrecientan las pasiones. Las sinuosidades modernistas y las maravillosas tiendas de chocolate también contribuyen.
Que tengas feliz retorno a Bna.
A mí también me encanta Barcelona. ¡Disfrútala mucho!
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