miércoles, 25 de agosto de 2010

Barcelona, siempre

Qué difícil me resulta escribir sobre lo mucho que  se puede amar a una ciudad. En la vida de cada uno de nosotros hay muchas ciudades: Murcia, Nueva York, Fez, El Cairo, Estambul, Palencia, Buenos Aires, Valparaíso, o  París.

Yo, por ejemplo,  amo a Barcelona. Y la amo, creo, desde hace treinta años. Siempre vuelvo a ella con el deseo de perderme por el Carrer de la Diputacio, de Balmes, de Aribau, del Consejo del Ciento, o de Mallorca.

Barcelona está llena  de amores, de amigos, de colegas, de camaradas, de calles, avenidas y plazas que  han sido la vida y la casa de muchos de nosotros. También está llena de cenizas, y de labios que saben a tabaco y a ginebra.

Mañana volveré a Barcelona.

S.

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo contigo, Barcelona es una ciudad propicia para enamorarse y desenamorarse, para vivirla y para huir de ella.
    Debe ser que la luz y la humedad mediterráneas acrecientan las pasiones. Las sinuosidades modernistas y las maravillosas tiendas de chocolate también contribuyen.
    Que tengas feliz retorno a Bna.

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  2. A mí también me encanta Barcelona. ¡Disfrútala mucho!

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