domingo, 4 de julio de 2010

Llaman desde Galicia

Sucedió en la Nochebuena de 1962. Ya estaba entrando algo de luz en la habitación donde dormíamos papá y yo cuando mi madre entró y dijo:

__ Llaman desde Galicia.

En aquellos tiempos, una conferencia desde Galicia sólo podía significar malas noticias. Para llamar a Madrid, desde mi aldea, había que recorrer quince kilómetros de monte muy empinado.

Papá volvió pronto a la habitación. Se sentó al borde de la cama, en camiseta y calazoncillos, y, tapándose la cara con las manos, ropió a llorar. Yo tenía apenas nueve años y era la primera vez que veía llorar a mi padre.

__ Ha muerto Mamá Pura -dijo papá.

Mamá Pura era su madre, mi abuela, a la que yo apenas había visto dos veces en la casa de la aldea. No supe qué hacer, ni qué decir, así que yo también me eché a llorar. Entonces, mi padre me abrazó y dijo:

__ Es ley de vida. Ella ya cumplió la suya.

Después, me dijo muchas frases cariñosas. Y estuvimos abrazados un rato largo. (Siempre me he preguntado dónde estaba mi madre en aquellos momentos).

Mis padres salieron de Madrid en el primer tren para Orense. Papá llevaba puesto su mejor traje, y mi madre vestía una blusa oscura con una extraña falda negra de franjas brillantes.

Por la noche, mi abuela, mi tío y yo cenamos verdura y tortilla francesa en la mesa camilla del cuarto de estar. Al otro lado de la pared, se escuchaban, débilmente, villancicos y panderetas. Nosotros no cruzamos una palabra en toda la cena. Mi tío rezó un padrenuestro, llevamos los platos a la cocina y, después, nos fuímos a la cama.

De este modo conocí yo el recogimiento de la muerte.

Eso buscaba yo, hace poco, en los textos de Guillén, en los de Antonia: ¿Cómo escribir sobre aquello? ¿Se puede hacer? Hay docenas de imágenes, de sentimientos, de gestos, y emociones con los que uno quisiera poner en pie algún poema sobre aquella vida fundadora.

S.

3 comentarios:

  1. He leído de casualidad, porque buscaba una cosa sobre loros, tus artículos de infancia. Después he leido algunas cosas en los Proscritos. Disculpa el tópico, pero pensaba que los tíos no teniaís algunas delicadezas. No es tu caso y has conseguido emocionarme con tus mensajes.
    Un beso
    Victoria

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  2. Querida Victoria,

    Si te cuento esto es porque soy amigo de Sulle y le conozco desde que nació para mí: Sulleiro es un tímido genético que ambientalmente hablando ha dedicado toda la vida a aumentar su timidez, y él nunca te confesaría -a no ser que le atiborrases a vino sin posos y a poesía sin metaforas conceptuales- que es el hombre que más sabe de loros a este lado de la frontera virtual.

    Pregúntale lo que quieras, Victoria, que si no se atreve a contestarte, ya te repito yo lo que él me diga.

    A tus casualidades,

    el loro sordo de Cyrano.

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  3. Me gustan estos artículos. Se leen muy bien. Pero ¿por qué son tan importantes los vecinos después de tantos años? ¿Escribes de ellos por nostalgia? ¿con pena?

    Sigue, sigue con ellos. Me encanta leerte.

    Lucía

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