domingo, 28 de agosto de 2011

Bolero de agosto para un muslo descremado

Lo que dije en la puerta de mi casa la otra tarde no era cierto. A la mujer con los muslos de leche sólo la condenaron a diez años, al menos en el primer juicio.

Todos sabemos que también propició otra muerte. Pero, por esa otra muerte, no fue condenada, que yo sepa.

Miro en Google, y me sorprende descubrir, ahora, que ella nació en 1950, en Brasil. A mí, siempre me pareció mucho más joven de lo que, al parecer era. Tal vez me engañó la blancura de sus carnes. Me dan miedo esos cuerpos que tienen la carne como de leche desnatada. Cuerpos en los que se transparentan todas las venas. Pechos y muslos aguerridos, surcados por anchos canales azules. Gente que siempre sale desnuda de la ducha, y recorre el pasillo con el obsceno olor de la lavanda sobre la piel aún mojada.

Que conste que se lo advertí a mi amigo: esa mujer mata.

El Loro (falso) de Flaubert


2 comentarios:

  1. Ahh, vale. Queda claro, no era tal la cadena perpetua.

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  2. También debo rectificar lo de "todos sabemos". Debí escribir, "algunos creemos".

    Pero, yo sigo aferrado a mi convicción: Rafa y yo creemos que ella mató a A.V.; Y Rafa no se ha equivocado nunca en esas cosas.

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